Escribir sentimientos que se convierten en necesidades. Ya lo dijo el buen  maestro D. Miguel de Unamuno: “Mi papel es mi verdad y debo vivir mi verdad, que es mi vida”. También Cervantes mencionó: “Cada uno es hijo de sus obras”. Yo, el autor, soy cada uno de los personajes que aparecerán en esta novela. Soy Manasés y Peleg ¡por qué no! Pablo y Fernando, y si una metamorfosis me ocurriese, también soy Luna, Andrea, Marta y hasta la monja Casta.

Cada uno es padre de sus obras” y cada obra un proyecto que se resuelve en un trayecto. El trayecto de la vida. De ahí que esta novela sea viva como la vida misma. Es a la vez organismo y mecanismo. Conceptos teológicos. Sí, ¿por qué no? Una novela de ficción no tiene por qué estar reñida con la Filosofía o Teología. Juguemos un poco con estos conceptos, sobre todo para aprender y crecer.

Los registros emocionales grabados en la piel del alma de nuestra mismidad, nos hacen únicos en nuestra manera de sentir. Ojalá en esta novela, mi querido lector o lectora, utilicemos nuestro sentido de la vista para ver y mirar, el oído para oír y escuchar, el olfato para oler e inspirar, el gusto para gustar y saborear y el tacto para tocar y acariciar. Sentidos físicos y del alma.

DESCARGAR LIBRO EN PDF

Formato estándar para PC

DESCARGAR

DESCARGAR LIBRO PARA E-BOOK

Formato estándar para libro electrónico

DESCARGAR

Logo de diseño Juan manuel Moreno Escritor género bíblico